20 de noviembre de 2008

Gemelean la Sala Constitucional

Resulta que ahora no solo las placas de taxi o la lotería son gemeleadas, sino también el máximo órgano judicial de nuestro país (que para muchos es el máximo poder). Según una denuncia presentada a raíz de la investigación hecha por los nombramientos de los magistrados suplentes en la Sala Constitucional (de lo cual dedujimos que el magistrado Sosto era un suertudo, pues siempre salía favorecido en la rifa), se determinó que en marzo y abril de este año, ocho magistrados solicitaron permiso con goce de salario, para atender consultas de los diputados sobre diversos proyectos de la agenda de implementación del TLC; y que, durante ese tiempo, fueron sustituidos y funcionó en forma paralela otra Sala Constitucional (en la que parece que también participó el magistrado Sosto -que pasaba de una sala a otra, como un claro ejemplo del uso eficiente de los recursos-).

Me preocupa porque cuando pienso en lo que tradicionalmente se ha gemeleado (sean las placas de taxi -lo cual es ilegal- o los números de la lotería), siempre se hace con la intención de aumentar las ganancias. Con lo que el original pierde el valor que tenía por ser único en su especie (pues único es el taxi con esa placa -el original al cual le otorgaron el permiso de funcionar por contar con ciertos requisitos- y único un número con la serie respectiva).

La Sala Constitucional ha sido en la historia de nuestro país, un órgano trascendental para la defensa de los derechos fundamentales de sus habitantes. No fue sino hasta que se creó en 1989, que las administraciones públicas se vieron obligadas a atender las consultas que los administrados le sformulaban (que morían en el laberinto del silencio negativo), además de atenderlo en plazos razonables; con la creación de la Sala, han sido anuladas incontables normas que violentaban nuestra Constitución y los muchos tratados internacionales que firma Costa Rica y que al final no cumple o lo hace a medias. Igualmente, los políticos se han visto obligados a cumplir con leyes y reglamentos que en momentos de furor político han firmado y que luego simplemente ignoran.

Sin embargo, en los últimos años se ha generalizado la idea de que, como resultado del nombramiento político de que son objeto los magistrados de la Sala (pues son elegidos por los diputados, que a su vez integran listas seleccionadas a dedo por los líderes, políticos y empresarios que dominan las estructuras partidarias), ha decaído su autonomía y, en consecuencia, se ven obligados a resolver de acuerdo con los intereses de los que los han llevado a ese puesto. Esperemos que estas afirmaciones sean falsas, pues de eso depende el sistema de pesos y contrapesos que caracteriza el gobierno que tenemos en Costa Rica.

Flaca ayuda le hace a la Sala el gemeleo, pues ya no sabemos si realmente tenemos una original, una de marca, una con sello de calidad, que nos dé a los costarricenses un producto de excelencia, afín con nuestras aspiraciones de justicia y de respeto a los derechos fundamentales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario