30 de septiembre de 2009

La escritura literaria de madame Blavatsky

Hace algunos meses tuve la oportunidad de asistir a un coloquio sobre literatura costarricense en la Universidad de Costa Rica. En una de las ponencias, en la que se aludía a la literatura gótica, se mencionó a Helena Petrovna Blavatsky, una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica. Si bien es cierto es poco lo que sé sobre ella y el movimiento que fundó, me sorprendió enormemente que hubiera escrito literatura.


Me di entonces a la tarea de encontrar el texto mencionado (Narraciones ocultistas y cuentos macabros), el cual ubiqué en la internet. El libro consta de varios relatos, con títulos que evocan mundos mágicos: “La cueva de los ecos”, “Un Matusalén ártico”, “El campo luminoso”, “Una vida encantada”, “La hazaña de un Gossain hindú”, “Demonología y magia eclesiástica”, “Asesinato a distancia”, “La mano misteriosa”, “El alma de un violín”, “Los espíritus vampiros”, “La resurrección de los muertos” y “La imaginación, la magia y el ocultismo”. Sin embargo, a medida que avanzaba en la lectura, me llamó la atención el estilo de la autora, quien utiliza como mecanismo para dar mayor verosimilitud a sus textos, las citas de diversos autores y de fuentes autorizadas de la época; incluso algunos relatos fueron tomados de publicaciones hechas en revistas o son narrados de primera o segunda mano.


Lo que sí es claro es el hecho de que en todos los relatos se descubre una reflexión, directa o indirecta, sobre los misterios que día a día marcan la vida de las personas. En ese sentido es interesante que muchas de las historias narradas ocurran en países orientales, en los que la lógica del discurso cartesiano, que minimiza aquello que no puede explicar, no ha logrado vencer la sabiduría eterna, imposible de descifrar con la aplicación del método científico.


Aclaro que los relatos de Blavatsky no son relatos de terror (aunque sí podrían producirnos algunas pesadillas, ante la posibilidad de vernos como protagonistas de las historias), sino que se trata solamente de la narración de situaciones que en algún momento de la vida del narrador (o narradora), le produjeron una impresión o le marcaron. La narración se convierte en un medio de exculpación (como en el caso del protagonista de “Una vida encantada”, quien es víctima de su escepticismo) o una forma de compartir esos cabos sueltos que imposibilitan una explicación lógica (única forma de apoderarse de ese saber).


Más allá del placer que por sí misma tiene la lectura, leer estos relatos de madame Blavatsky nos da la oportunidad de acercarnos someramente a ese conocimiento ancestral que el ser humano ha perdido con el pasar de los años y con su ferviente deseo de aferrarse a la vida y a los placeres cotidianos (esas “cien mentiras” de las que nos habla Sabina en su canción).


Pero también se convierte en una invitación para leer otros textos de la fundadora de la Sociedad Teosófica, textos que podrían acercarnos un poco más a ese ser humano original, a ese saber que hemos perdido, a esa trascendencia por la que hemos perdido todo interés.

23 de septiembre de 2009

Columna Escriba: "aspectos clave": sustantivos en aposición

Este es el texto de una columna que publiqué en el diario digital Informatico.com:

Recientemente recibí una consulta que esencialmente decía lo siguiente: “me llama la atención que últimamente uno escucha y lee en los medios de comunicación que usan la palabra ‘clave’ en plural, así: ‘puestos claves’, ‘aspectos claves’, etc. Cuando yo lo aprendí se decía ‘puestos clave’, ‘aspectos clave’, etc. ¿Puede alguien explicarme ese cambio que hubo?”. Antes de atender la consulta, quiero agradecer por el envío de la misma e invitarlos a que hagan sus consultas sobre el uso del idioma, investigación, literatura y temas afines, a la dirección electrónica columna@escriba-cr.com

Sobre el sustantivo clave, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice, en lo que nos interesa: “f. U. en aposición para referirse a algo básico, fundamental, decisivo. Jornada clave. Fechas clave. Tema clave”.

El uso en aposición de dos sustantivos tiene como propósito ampliar el sentido del primero, ya sea para explicarlo (aposición explicativa) o para especificarlo (aposición especificativa). En el primer caso la aposición puede eliminarse sin alterar el significado, por ejemplo cuando decimos: “San José, capital de Costa Rica, es una ciudad que tiene muchos edificios con un gran valor histórico”. Si eliminamos la indicación de que es la capital de Costa Rica, no se va a afectar el sentido. Cuando utilizamos una aposición especificativa, esta aporta un significado que no está implícito en la palabra que le precede: “El maestro-policía llegó a tiempo para evitar el altercado”. En este caso no se trata de cualquier maestro, sino de uno que también es policía o que actúa como tal.

Pero, volviendo al tema de interés, está claro que según la Real Academia de la Lengua Española, el sustantivo clave, utilizado como aposición, se mantendrá invariable cuando se refiera a un sustantivo en plural. Así lo reiteran expertos en el uso de la lengua española como el profesor Alexis Márquez Rodríguez o el equipo de trabajo de la Fundación del Español Urgente, que sobre el uso de sustantivos en aposición, ha indicado:

Construcción en la que tenemos dos sustantivos juntos, el segundo de los cuales modifica, matiza o complementa al primero.

En este tipo de expresiones, solo el primer sustantivo puede llevar la marca de plural, quedando el segundo como invariable en cuanto al número.

Así, lo correcto es decir faldas pantalón, ciudades dormitorio, pisos piloto, coches cama, hombres rana, asuntos clave, niños prodigio, noticias bomba, sofás cama, mujeres objeto, coches bomba, cartas bomba, casas cuartel, etc., y no faldas pantalones, ciudades dormitorios, pisos pilotos, coches camas, etc.

Ha de tenerse en cuenta, sin embargo, que no siempre que tenemos dos sustantivos juntos estamos ante un caso de sustantivo en aposición como el reseñado aquí. Es posible y correcto hablar de Estados miembros, países satélites, empresas líderes, palabras claves, niños soldados, etc.

Para distinguir entre uno y otro tipo basta recordar que el segundo sustantivo puede ir en plural cuando mantiene su mismo valor al introducir entre ambos el verbo ser. Podemos decir Estados miembros (en plural) porque «estos Estados son miembros de algo»; pero no podemos decir pisos pilotos porque «los pisos no son pilotos».

En ese sentido, el uso de la expresión “palabras claves” sería para el caso de que se trate de contraseñas o códigos de signos para la transmisión de mensajes; sea, cuando clave se refiera a su significado como código de signos y no el que se le otorga cuando es utilizado en aposición, sea “básico, fundamental, decisivo”. En ese caso, el uso del plural podría variar el sentido de lo que se pretende comunicar.

Pareciera que todo queda resuelto ante las voces de autoridad que refuerzan lo que aprendimos en nuestra formación; salvo por el hecho de que en el Diccionario Panhispánico de Dudas se deja la posibilidad de que se el sustantivo “clave”, cuando es utilizado en aposición, concuerde en número con el sustantivo que le precede: “Se usa frecuentemente en aposición a otro sustantivo, para indicar el carácter fundamental o decisivo de lo denotado por este: tema clave, palabra clave, fecha clave, etc. Si el sustantivo al que se refiere es plural, clave puede permanecer invariable o adoptar también forma plural, con funcionamiento plenamente adjetivo: ‘Algunos de ellos serán piezas clave de la conspiración contra el Führer’ (Volpi Klingsor [Méx. 1999]); ‘En esta palabra radica uno de los conceptos claves de nuestro tiempo’ (Lledó Días [Esp. 1994])”.

Así que decidirá usted cual de las opciones utilizará; no obstante, debemos tener presente que en cualquier lenguaje existe una forma de prestigio a la que el hablante (o escritor) recurre, dependiendo del contexto comunicativo. Si quiere dar una buena impresión, y evitar cualquier desviación de su mensaje, lo propio es ajustarse a esa norma. En todo caso, un uso correcto del lenguaje –en el ámbito de los negocios- es sinónimo de calidad.

16 de septiembre de 2009

"Me llamo Elizabeth": una historia cotidiana

Hace algunas semanas, la Embajada de Francia, la Alianza Francesa y el Circuito de Cines Magaly, nos regalaron el Octavo Tour de Cine Francés. Pocas veces tenemos la posibilidad de sentarnos en una cómoda butaca, en un cine amplio, y observar un filme que hace honor al apelativo de “sétimo arte” que se le ha dado al cine. Esta fue una de esas veces. Lamentablemente hemos vuelto a las tontas comedias gringas, a las películas cargadas de efectos especiales per se y a las que pretenden capturar la atención de los niños. Y nosotros volveremos a la Sala Garbo a ver cine de calidad, y se nos pasarán las semanas sin una sola buena película en la cartelera.

Pero, entremos en materia, les contaré sobre la película de Jean-Pierre Améris, que tuve la oportunidad de ver. Una película corta (90 minutos), capaz de dibujarnos el complicado mundo de una niña de 10 años, que se pierde en los momentos trascendentales de las vidas de sus padres y hermana. Agnès, su hermana, deja la casa familiar para iniciar sus estudios en un internado en el que conocerá a más personas. Su padre Régis y su madre Mado (la actriz María de Medeiros), pasan por una difícil situación emotiva ante la inminencia de la separación. Adicionalmente, el padre de Betty (nuestra protagonista), quien es director de un centro psiquiátrico, está preocupado por la huída de uno de sus pacientes, Yvon, joven de 17 ó 18 años, que intentó suicidarse y que atacó a su madre con un cuchillo.

El escenario está servido para que Betty encuentre en Yvon un motivo de preocupación, alguien de quien ocuparse –ironías de la vida- mientras nadie se ocupa de ella. Pero la película, más que narrarnos el proceso de crecimiento de la pequeña Betty, lo que hace es contarnos la forma en que sus padres y su hermana se dan cuenta de que Betty se ha convertido en Elizabeth: una persona con temores, con deseos y que anhela que quienes la rodean posen su mirada en ella y le hablen, la escuchen y le confíen sus angustias.

Una película de corta duración, que nos narra la cotidianidad de la vida de las personas… de los niños; esas cotidianidades que son fuente de nuestros temores, tristezas y odios, que ocultamos y se asoman en todos nuestros síntomas.

Ojalá el Cine Magaly se convierta en una alternativa de cine de calidad en el centro de San José. Fue una bonita experiencia estar dentro de una sala llena de personas, ansiosas por ver cine de calidad.

14 de septiembre de 2009

Espíritu emprendedor, pymes y nuevas tecnologías: operación con saldo positivo

En épocas de crisis, es común que muchos empresarios deban enfrentarse a la necesidad de reducir sus costos de operación y es así como deciden prescindir de los servicios de su personal más experimentado, para reducir los costos de su planilla.

De la noche a la mañana, profesionales y técnicos calificados se encuentran desempleados y con pocas opciones de conseguir un nuevo empleo por la sobrecalificación de sus atestados. Los salarios que les ofrecen no satisfacen el estilo de vida al que están habituados y, en la mayoría de los casos, no cubre el pago de sus deudas ni de sus gastos ordinarios.

En el otro extremo, tenemos a jóvenes profesionales recién graduados, que se encuentran imposibilitados para cumplir con los requerimientos de experiencia que les imponen los empleadores. Muchos carecen de los contactos necesarios (“patas”, en lenguaje coloquial), para obtener la oportunidad de trabajo que todos sueñan durante su formación.

Ante este panorama quedan dos opciones: sumirse en la depresión y caer en la inercia, o dar rienda suelta al espíritu emprendedor que le ha permitido al género humano adaptarse al medio. Ese espíritu que descubrimos en las madres o padres que sin una pareja a su lado, dan estudio y alimento a sus hijos; ese espíritu que permite a os exploradores descubrir nuevos mundos y a los colonizadores, adaptarse a las condiciones adversas.

Esos emprendedores son los que hoy dan forma a sus sueños, en micro, pequeñas y medianas empresas, en las que ofrecen los servicios y los productos que sus clientes necesitan. Las PYMES (pequeñas y medianas empresas) se han convertido en una importante fuente de empleo y eso ha hecho que los gobiernos les dirijan una mirada. Si bien es cierto, todavía los trámites para crear una empresa son sumamente engorrosos (El Financiero, 31 de agosto al 6 de setiembre de 2009), existen muchos instrumentos para facilitar la gestión empresarial.

La plataforma virtual creada por el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) (http://www.inapymes.com) ofrece herramientas para crear el plan de negocios y hacer presupuestos o calcular los intereses de un préstamo; además, permite acceder a foros en los que se tratan temas de interés y realizar consultas a expertos en diferentes áreas.

También tenemos el sitio creado por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio, dedicado a las PYMES (http://www.pyme.go.cr), y en el que se permite el acceso a cursos virtuales sobre temas tan importantes como la guía para contratar con el Estado.

Y otros muchos sitios que centran su atención en el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas: http://www.pymeonline.net y http://www.pymecostarica.go.cr, entre otros.

Las nuevas tecnologías son nuestro mejor aliado para facilitar la labor emprendedora. Aprovechemos los instrumentos que se nos ponen a disposición, para concentrar esfuerzos en el desarrollo de nuestros productos y servicios; con esto, podremos centrarnos en la clave del éxito empresarial: la calidad.