1 de enero de 2012

2012


Hoy empieza el año 2012 del calendario occidental. Dado que es un calendario inexacto, este año será bisiesto para tratar de ajustarlo a la rotación de la Tierra en torno al Sol (que en teoría tiene la duración de un año); sin embargo, con el tiempo nos vamos dando cuenta, más allá del cambio climático, que los días soleados y vientos fríos de diciembre ya no inician desde los primeros días de ese mes, ni en mayo inician las lluvias que terminan en noviembre. Nuestro calendario está muy alejado del movimiento natural de nuestro planeta y del universo en general.

A pesar de ello y al ser una construcción cultural, no deja de ser un híbrido entre naturaleza y cultura (para utilizar la tradicional división binaria a la que estamos habituados). Este año se ha hecho famoso en los medios, por ser el punto en que varias tradiciones señalan como un final. Según el calendario maya el 21 de diciembre de 2012 se marca un fin de ciclo; esa misma fecha es señalada como el fin del mundo en el Libro de los Muertos y para Nostradamus es un año marcado por eventos apocalípticos (que parecieran darse desde que el ser humano tiene memoria y el 2011 no fue una excepción, pues hasta regresó José María Figueres a comerse su tamalito).

Pero el inicio y el fin son parte de un mismo círculo; la vida no podría existir sin la existencia de la muerte; lo que hace las cosas buenas, como decía Serrat en un concierto que veía anoche, es que terminan, pues no habría cuerpo que las aguantara. Por eso, debemos iniciar este nuevo año y llenarlo de inicios, pero también de finales; disfrutar a plenitud de cada día, de cada hora, de cada minuto y de cada segundo; sin perdernos en los recuerdos de supuestos pasados idílicos ni pasarnos el día planeando el futuro.

Este nuevo año tendremos juegos olímpicos en Londres, será el centenario del hundimiento del Titanic y podremos disfrutar de grandes eventos cinematográficos. Como todo año que inicia, estará lleno de compromisos y promesas; pero el único que deberíamos hacer es con nosotros mismos, el compromiso de vivir cada instante al máximo, no dejar escapar la vida sin vivirla plenamente, a nuestro gusto, a nuestra manera, al lado de quienes quieran acompañarnos en esta aventura que es vivir.

Bendiciones para todos en este Año Nuevo. Que no se les escape ni un segundo de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario