Estos días me he sentido algo agobiada. Las personas tenemos la particularidad de complicarnos la vida, en épocas del año en las que deberíamos estar más relajadas y disfrutando de los cambios en el clima y los bellos recuerdos que se suman cada Navidad. Sin embargo, estamos abrumados por el trabajo, la organización de fiestas, la compra de regalos y tantos otros motivos que se nos pueden ocurrir.
Se suma a mi agobio la gira que estamos organizando para fin de año en el Club de Montañismo. Desde el 25 y hasta el 31 de diciembre estaremos en Corcovado, conociendo sitios de difícil acceso para el costarricense común y que generalmente son disfrutados solo por turistas. Será mi primera gira de tantos días, en la que deberé nivelar el peso del salveque con las comidas necesarias para recuperarme de las intensas caminatas. Una mezcla de placer y de dolor que me marcarán y engrosarán la base de datos de mis recuerdos.
Mi recomendación, y lo escribo para ver si yo también la sigo, es que dejemos de preocuparnos por las múltiples actividades pendientes y empecemos a ocuparnos. Sentémonos a terminar nuestros trabajos pendientes, hagamos las compras de lo que necesitamos para esa reunión con amigos y familiares, vayámonos de tiendas o sentémonos en casa (los más creativos), para comprar o hacer los regalos de nuestros seres más queridos... y, sobretodo, disfrutemos al máximo de cada instante, pues al final no nos quedarán las huellas de las preocupaciones, sino el recuerdo de todas las cosas que hicimos en estos días.
Se suma a mi agobio la gira que estamos organizando para fin de año en el Club de Montañismo. Desde el 25 y hasta el 31 de diciembre estaremos en Corcovado, conociendo sitios de difícil acceso para el costarricense común y que generalmente son disfrutados solo por turistas. Será mi primera gira de tantos días, en la que deberé nivelar el peso del salveque con las comidas necesarias para recuperarme de las intensas caminatas. Una mezcla de placer y de dolor que me marcarán y engrosarán la base de datos de mis recuerdos.
Mi recomendación, y lo escribo para ver si yo también la sigo, es que dejemos de preocuparnos por las múltiples actividades pendientes y empecemos a ocuparnos. Sentémonos a terminar nuestros trabajos pendientes, hagamos las compras de lo que necesitamos para esa reunión con amigos y familiares, vayámonos de tiendas o sentémonos en casa (los más creativos), para comprar o hacer los regalos de nuestros seres más queridos... y, sobretodo, disfrutemos al máximo de cada instante, pues al final no nos quedarán las huellas de las preocupaciones, sino el recuerdo de todas las cosas que hicimos en estos días.
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