En estos días que empiezan a vivirse las disputas por el agua, quiero compartir con ustedes un hermoso poema del escritor costarricense Fabián Dobles. Espero que lo disfruten tanto como yo.
Cristalina, tibia y buena,
anda, tómala en tu palma.
Mira su estrella de musgos
encenderse en la mañana.
En el agua, por su río
de espuma y trémula plata,
la amargura se esclarece
y se encuentra la esperanza.
Anda ya, tráele tu pena
y báñala en su palabra.
Amistad como la suya
no has de encontrar en tu casa.
Ah, ese cantarín silencio,
qué canción última, el agua.
Si tú pudieras oírme.
Si tú quisieras hallarla.
FUENTE: Fabián Dobles, Obras completas, Tomo V. San José, C.R.: Editorial de la Universidad de Costa Rica, Editorial de la Universidad Nacional, 1993.
28 de noviembre de 2008
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