El cine se convirtió en una muy buena excusa para que un grupo de buenas amigas nos reunieramos a ver algunas películas y hablar de ellas. Así, decidimos que a partir de un eje común, seleccionaríamos cinco películas y luego nos sentaríamos a conversar sobre ellas: sus coincidencias, nuestras lecturas, sus intertextos. El primer tema sugerido fue "contacto extraterrestre" y estas fueron las películas sugeridas:
- 2001: Una odisea del espacio (A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968).
- Encuentros cercanos del tercer tipo (Close Encounters of the Third Kind, Steven Spielberg, 1977).
- Contacto (Contact, Robert Zemeckis, 1997).
- Misión a Marte (Mission to Mars, Brian de Palma, 2000).
- Señales (Signs, M. Night Shyamalan, 2002).
Las primeras cuatro películas tienen guiños entre sí: la forma de viajar en el espacio grandes distancias, la presencia de seres extraterrestres que tienen un mayor desarrollo tecnológico y, quizás, hasta espiritual; la posibilidad de que estemos conectados, de que ellos y nosotros seamos parte de lo mismo.
En esas películas sobresale la curiosidad del ser humano, la forma en que lanzan su mirada hacia las estrellas en busca de algo más; algunos desde el lente de un telescopio, otros lanzándose al espacio, a velocidades que podrían acabar con sus vidas, hacia lo desconocido. Esa curiosidad que todos tuvimos de niños y que aún muchos mantienen, mientras otros la han perdido ante los temores con los que somos marcados durante nuestra socialización.
La última película nos muestra al ser humano que teme a lo desconocido, a aquello que nos ataca, que nos invade; ese mismo temor que Orson Wells desnudó al leer en la radio la adaptación de la novela de H. G. Wells.